La casa mexicana que se adapta a cualquier clima en la CDMX

Este proyecto siguió el movimiento del cielo, la vegetación y el agua, para crear un hogar naturalmente balanceado.
En 1946, en medio de prados con exuberantes árboles y junto al río Fox en Illinois, Estados Unidos, se elevó un icono de la Arquitectura Moderna con esqueleto de metal y piel de cristal. La elegante simplicidad con la que Ludwig Mies van der Rohe concibió la casa Farnsworth —en su momento muy radical—, la convirtió en un magno representante del estilo arquitectónico internacional que ha sido admirado, alabado y profundamente estudiado hasta nuestros días.

La entrada crea un contraste único de los materiales.
FOTO: Studio Chirika

Los espacios se abren hacia las diferentes terrazas.
FOTO: Studio Chirika
Hoy, en la Ciudad de México nos encontramos frente a Casa Erasto, una obra creada por Vertebral, quienes han logrado desempolvar esa plena conciencia del paisaje que el maestro Mies van der Rohe un día trazó, para fusionarla con la sabiduría que han dejado más de 70 años de aprendizaje después de esa casa que se posa silenciosa entre la naturaleza inalterada.
Estamos de pie en una calle arbolada al noreste de la ciudad; de frente, un portal de acero oxidado que esconde celosamente su interior. Al abrirlo, se revela un paraíso natural inesperado. La ligera rampa de la entrada es seguida por un piso negro volcánico para rematar con una jacaranda bañada de luz al fondo del predio, mientras una hilada de bambúes y helechos flanquea el corredor y difumina los límites del terreno. Al centro se distingue un núcleo de concreto de seis por seis metros, pesado y rotundo, que nace en los cimientos y se eleva tres niveles.

La luz natural es delicada y cálida en los espacios.
FOTO: Studio Chirika

La cocina mantiene un noto negro para poder mantener la estética contemporánea.
FOTO: Studio Chirika
Elias Kalach y Teddy Nanes, fundadores de Vertebral, idearon junto con su equipo creativo este núcleo como la casa en sí, en él se ubican todas las instalaciones, las escaleras y las zonas más privadas de la residencia. El resto de los espacios interiores son volados de acero y vidrio. Estas terrazas envueltas por su membrana cristalina se desprenden a partir de la médula, y en ellas flotan los espacios que buscan mayor luz natural, como la sala de estar, el comedor, la cocina abierta y la habitación principal con estudio.

El concreto fue el material que dominó el proyecto.
FOTO: Studio Chirika

Se creó un sistema de almacenamiento funcional para no restar el protagonismo a la vista.
FOTO: Studio Chirika
Posiblemente, el mayor acierto en el diseño de Casa Erasto es la forma en la que estos volúmenes transparentes brindan homenaje a la belleza natural que los rodea y el íntimo diálogo que establecen con ella. “Los jardines tienen la virtud de formar, deformar y hacer que el espacio sea más abstracto, profundo y compacto. La vegetación, siempre cambiante y sensible a su tiempo. Una casa donde constantemente el interior conversa con el exterior. Buscamos que los materiales utilizados en nuestra arquitectura se vean igualmente afectados por el paso del tiempo, que envejezcan a la par del sauce llorón que descansa a un lado del espejo de agua”, expresaron Kalach y Nanes.

La casa mantiene un contaste diálogo entre el interior y el exterior.
FOTO: Studio Chirika
Cada detalle fue diseñado otorgando el justo valor a la artesanía. Casa Erasto comenzó como un boceto y terminó en un hogar. Todo lo que muestra y oculta fue dibujado, redibujado y erigido por Vertebral, quienes concibieron una casa para un jardín en pleno corazón de la Ciudad de México.